14 Febrero, Ca na Palleva

Seis días más tarde, Ana venía a buscarme a casa diciéndome que debíamos acudir como Viudas a Ca na Palleva. Sólo tuve tiempo para recoger mi ropa y alcanzar un gran tul negro, recaudo de algún momento de mi vida.

Ca na Palleva era una Masía hermosa, antigua, un patrimonio para la Isla. Allí, no quiero dejar de nombrar a Margalida, una Mujer mayor, entrañable, que no daba crédito a como pretendían derrumbar la historia de su Vida de modo tan atroz, dentro del marco de la ilegalidad y con la Guardia Civil protegiendo el paso de las máquinas.




Ese día no iban a atentar contra su casa directamente, pero sí en frente suyo. Cuando llegamos la panorámica era espectacular. De un lado de la carretera, en Ca na Palleva, unas doscientas personas, del otro lado las máquinas protegidas por la autoridad.



Perdí a Ana y a Andrea de vista, me quedé con el tul en las manos observando, tratando de entender que íbamos nosotras a poder hacer allí, pero no había tiempo para pensar y la tensión parecía poder explotar en cualquier momento.

Entré dentro de la casa, saludé a las Mujeres que allí había y a las cuales les faltó tiempo para ayudarme a ir cortando el tul en tiras. Estuvimos listas y dimos las consignas. De nuevo el mensaje estaba claro, estaban talando un árbol centenario frente la mirada atónita y dolida de todos los presentes.

Las Viudas nos colocamos al lado de la carretera de Ca na Palleva, frente a la Guardia Civil, quietas, inmóviles, durante lo que recuerdo fue mucho tiempo. Al moverse una, nos movimos todas y empezamos a repartir los lazos negros entre los asistentes y también a los coches que se detenían, permitiendo y autorizando que les pusiéramos el tul en sus retrovisores.



Una vez la Guardia Civil se hizo cargo de la situación, optó por detener el tráfico, frustrando nuestras intenciones. Andrea vino a buscarme, diciéndome que diéramos por terminada la acción con un minuto de silencio.
Accedí, pero visto que habían cortado el tráfico, propuse de hacer ese minuto de silencio echadas en el suelo.
Dicho y hecho.
Al momento fui arrestada. Andrea, al estar del otro lado de la carretera fue defendida por los manifestantes mientras que Ana, seguía con sus réplicas ante la situación tratando de ser escuchada por los agentes.


Resultados de una detención



El presente artículo aparecido en prensa tras la celebración del juicio de faltas del 21 de febrero del 2006, es testimonio de la única vez que entré en un juzgado.

Pasados los años, en Julio del 2009, pasé a pedir explicaciones del porqué a estas alturas no había sabido nada todavía del caso en el Juzgado de Instrucción, quienes me pasaron un AUTO fechado del 1 de Agosto del 2007 que concluía que contra el mismo se podía interponer recurso de forma y/o apelación, en el plazo de tres días.

Dicho AUTO concluye, " A la vista de los antecedentes procesales relacionados y el último del que resulta que el Ministerio Fiscal no solicita ninguna cita instructoria ni acomodación del procedimiento preordena a eventual acusación de su parte, luego de lo actuado no aparece debidamente justificada la perpetración del delito que haya dado motivo a la formación de la causa, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 641-1º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, procede decretar el sobreseimiento provisional de las actuaciones.

Así de "simple", queda archivada una falsa acusación de la Guardia Civil sobre mi persona y queda sin consecuencias la actuación negligente de la misma con respecto a mi detención y el trato recibido en comisaría.

Las causas de mi denuncia y parte de los hechos sucedidos:

- Me llevaron por la fuerza del lugar de los hechos en San José y me trasladaron de la localidad de San Antonio sin comunicarme cual era mi situación, si estaba detenida o no y sin leerme mis derechos.

- Después de estar sentada en un pasillo por largo tiempo, me comunicaron que estaba allí en calidad de detenida y tras hacerme pasar a un despacho procedían a leerme mis derechos.
A media lectura de los mismos, se recibía una llamada en el despacho. La persona que atendió la llamada trató de interrumpir por tres veces el procedimiento tratando de comunicar que alguien se estaba presentando cómo mi abogado, recibiendo un "ahora no, que llamen en cinco minutos".
Habida cuenta de la situación, no tuvo más remedio que dejar que me pasaran la llamada,... mientras yo recibía consejos, la respuesta del superior, en ese caso, a su subordinado fue "para otra vez a ver si estamos más atentos".

- Atendiendo a mis derechos, en vistas de la sucesión de los acontecimientos, expresé mi derecho a solicitar una revisión médica. La justificación fue que en ningún momento se me pidió que me levantara del suelo, fui arrastrada deliberadamente y conducida hasta el auto con una contención innecesaria que me había dejado un dolor considerable, sobretodo, en la muñeca izquierda. Estoy convencida que esa fue la causa, de que un tiempo más tarde, antes de meterme en el calabozo, una agente, por orden de su superior, me ordenara que me quitase la ropa. Toda la ropa, pidiéndome, aún por encima, que me agachara.

Estoy convencida que ese procedimiento fue para comprobar la gravedad de mi lesión en la rodilla, la cual ya anuncié no era de importancia pero quería dejar constancia, y aprovechar el acto en sí, para humillarme.

Según la ley, como detenida, la autoridad puede exigir ese tipo de revisión atendiendo a la seguridad por la guardia y custodia de sus detenidos. Siendo esa la única razón que podrían alegar, lo que se hace incomprensible, es que mi ingreso en el calabozo fuera con unas botas deportivas hasta la rodilla, que usaban cordones.


Todas esas reflexiones, son sin sumar, que en la declaración de la Guardia Civil sobre los hechos juraba que éramos ocho Mujeres y no tres, que se me acusaba de resistencia grave (paso a leve en las preliminares) cuando nunca hubo ningún tipo de resistencia y que se me acuso de poner en peligro la seguridad vial cuando fue la misma autoridad quién detuvo la circulación.

Siendo así, tampoco es de extrañar que, el video que la Guardia Civil presentó como prueba nunca pudiera ser visionado por el Fiscal, según me informaron en la escasa información que he podido recibir del Juzgado de Instrucción de Ibiza.