+ "Ni perdón, ni olvido."


El origen del mayor impulso de crecimiento, creatividad y transformación fue en la lucha social de quienes fuimos anti-autopistas.

Lo que pude compartir por entonces, fue el despertar, con gritos de dolor, a una nueva conciencia.

El sufrimiento de la Tierra, cierto, pero también la capacidad humana de resistir, unirse y luchar por una misma causa.

Una lucha diaria muy cansada y también, completa de Amor, solidaridad y respeto.

Ahora no importa dónde, no importa cuándo.
Importa seguir reconociéndonos y formando parte ,
en la medida en que aprendemos a cuidar nuestro presente.

“Las Viudas de Ibiza” fueron mujeres fuertes, que a partir de una imagen expresaron, apenas sin palabras, el sentido de duelo al contemplar la muerte, las heridas y las vejaciones que sufrió por entonces, la Tierra de la isla de Ibiza.

Su cometido fue, a través de sus acciones, expresar y comunicar a partir de mis sentidos aquello que sucedía a nuestro alrededor, donde la impotencia ante “la orden” y “la justicia” hicieron mella en el alma.

Herida y maltratada es nuestra Tierra víctima sumisa e indefensa de la tala de miles de árboles, de contaminación desmesurada e innecesaria, de construcción de caminois de asfalto, perforaciones y construcciones faraónicas de cemento.
Manipulada y explotada de vida.

La Madre Tierra, fuente de dónde emana la Vida, está siendo violada, dividida y fragmentada, año tras año, día a día... por la prepotencia estúpida de algunos hombres, mientras otros, que no somos nadie, nos vemos sometidos en nuestra lucha por defenderla a un interés mucho más alto que el global, el interés de los que mandan, aunque para ello haya que pisar las voluntades de sus pueblos.

Formando parte visceral en la sociedad de un pueblo como es Ibiza, decidí usar el Teatro Social como modo de expresión y herramienta para comunicar dentro y fuera la realidad que se respiraban en la isla, procurando, aunque a veces haya sido inevitable, no posicionarnos políticamente y tratando de romper el bloqueo mediático al que fuimos sometidos.

En cualquier caso el objetivo siempre fue el mismo, lo hallado en el fondo del corazón. El resultado fue el de una realidad vivida en presente y estudiada en el pasado con respecto hacia un futuro, aquel que deseamos proteger para las futuras generaciones.

Como Mujeres compartimos con la Tierra la capacidad de engendrar y cuidar la vida.
También la responsabilidad de defenderla y crearla con respeto y amor, tan dignamente como nos sea posible.
Defender el derecho a seguir siendo fértil.